El día después de que se mudaran, Coraline se fue a explorar... Cuando Coraline
atraviesa una de las puertas de la casa nueva de su familia, se
encuentra que hay otra casa extrañamente similar a la suya (aunque la
nueva sea, definitivamente, mejor). Al principio, todo parece
maravilloso: la comida
es más sabrosa que la de casa y el cajón de los juguetes está repleto
de angelitos de papel que vuelan solos y de calaveras de dinosaurios que
parecen vivas y se arrastran haciendo castañetear los dientes. Pero
resulta que hay otra madre que vive ahí, y otro padre, y quieren que
Coraline se quede con ellos y se convierta en su pequeña. Quieren
cambiarla y no dejarla ir jamás. Coraline tendrá que enfrentarse a ellos
con todo su ingenio y las herramientas que encuentre, si es que ha de
conseguir salvarse y volver a su vida normal.
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