Nos quedamos un rato en silencio, envueltos en el perfume de las
hierbas. Hasta que le pregunté. -¿Por qué nunca hablamos de Ezequiel?
Apoyó las cosas en el piso con mucha calma. Estiró su mano como para
acariciarme. Me miró. Bajó la mano. Luego la vista y dijo en un susurro:
– Hay cosas de las que es mejor no hablar.
Opinion personal: Excelente libro, habla de un tema del que nadie habla: el SIDA.
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