Alicia es una niña a la que le gustan los cuentos fantásticos, relatos en los que se puede viajar a lugares maravillosos con la imaginación. Un día, sentada al borde del río junto a su hermana, que lee un libro poco interesante, sin ilustraciones ni diálogos, empieza a sentirse aburrida, por lo que se pone a pensar si vale la pena levantarse para ir a recoger margaritas y tejer una guirnalda con ellas...
Está en esa duda cuando de pronto aparece un Conejo Blanco de ojos rosados, vestido con pantalón y chaqueta, que se le aproxima saltando y le dice: -¡Uy, Dios mío! ¡Dios mío, voy a llegar tarde! Alicia no puede resistir la curiosidad y persigue al conejo hasta su madriguera, una especie de túnel que la conduce a un universo asombroso, lleno de juegos de palabras, personajes absurdos e inolvidables y situaciones graciosas que se desarrollan en escenarios insólitos. Así comienza el viaje de Alicia por un territorio al que se ingresa en cuanto se traspasa el umbral que separa la realidad del sueño.
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