Cuando el peso de una pérdida dolorosa se vuelve difícil de
soportar, nada mejor que poner tierra de por medio en busca de aire fresco. A
esta sabia y sensata conclusión ha llegado Bella a sus treinta y tres años. De
la noche a la mañana, abandona un piso plagado de recuerdos y un estresante
empleo en Londres para mudarse a Kent, muy lejos del bullicio de la ciudad y
muy cerca de donde reside Viv, su amiga de toda la vida...
Pero, sobre todo,
Bella no quiere ni oír hablar de hombres, ni mucho menos enamorarse, a partir
de ahora dedicará su tiempo libre a la pintura, al jardín y a su amiga. Sin
embargo, a menudo la tozuda realidad puede hasta con los propósitos más firmes,
especialmente si adopta la forma de Will, el candidato perfecto. Ante semejante
ejemplar, cualquier mujer caería rendida, así que Bella deberá luchar contra la
tentación de volver a las andadas. El talento de la autora para crear
situaciones y personajes actuales, haciendo gala de un estilo cálido, humano y
aderezado con pinceladas de ironía, ha contribuido sin duda al éxito de Amor
son sólo cuatro letras, que ocupó los primeros puestos de las listas de ventas
del Reino Unido.
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