lunes, 8 de octubre de 2012

Blanca como la nieve, roja como la sangre



 Leo vive en pleno torbellino de la adolescencia. Un universo en el que irrumpe un nuevo profesor, soñador, que pone a prueba a sus alumnos y les obliga a plantearse preguntas acerca de la vida y de sus propios sueños. Preguntas que a Leo le cuesta responder, pero que le acercan al mundo de los adultos. Además, Leo tiene un enemigo: el color blanco...
Porque para Leo todas las emociones tienen un color, y el blanco es la ausencia, la soledad y la pérdida, el rojo, en cambio, es el color del amor, la pasión, la sangre; rojo es el color de los cabellos de Beatrice. Leo ahora ya tiene un sueño, y se llama Beatrice. Cuando Leo descubre que Beatrice está enferma y que su enfermedad está relacionada con ese blanco que tanto le asusta, deberá buscar dentro de sí mismo, para entender que los sueños no tienen fin y que siempre hay que encontrar el coraje para creer en algo más grande.

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